¡Comanches!

comanxesEl 27 de junio de 1874 unos pocos centenares de indios (menos de 700) asaltaron el complejo de cazadores de Adobe Walls, en el actual estado norteamericano de Texas, defendido por 28 cazadores armados con largos y rápidos rifles de caza. el resultado, una derrota india que supuso el fin de su predominio en la zona. Ésta es la conocida como segunda baalla de Adobe Walls. Pero Adobe Walls está situado en el centro del que había sido un amplio territorio indio, un verdadero “imperio comanche” que durante 150 años se había enfrentado con éxito a españoles, mexicanos, texanos y norteamericanos, en una historia que rompe totalmente con las visiones convencionales que tenemos los europeos sobre la historia americana.

elimperiocomancheCerca de 150 años después de la pérdida de su independencia, un libro devuelve a los comanches su activo papel en la historia de lo que el autor llama el Sud-Oeste de los EUA (y que, al menos durante un tiempo, bien podría llamarse el NO mexicano) , este amplio territorio que se encuentra al norte de México y en los estados de Texas, Arkansas y New Mexic.

El período comprendido entre 1750 y 1850 fue el de mayor auge de unos comanches que habrían dominado el Sud-Oeste formando un verdadero imperio, afirma el autor del libro, Pekka Hämäläinen. No, ciertamente, en el sentido euroamericano, que exige un programa expansivo explícito, froteras rígidas y voluntad de control del territorio. Pero la “Comanchería” reunía un conjunto de características que permite hablar de imperio: el control, aunque flexible, de un territorio bastante amplio, cierta jerarquía entre centro y periferias, territorios suficientes de donde extraer recursos la asimilación sistemática de otras étnias y una clara influencia cultural. A través del pastoreo nómada de caballos y mulas, de la cacería del bisonte, del saqueo sistemático de los pueblos agricultores de su periferia, de la toma de exclavos, de complejas redes comerciales que llegaban hasta los Estados Unidos, de una estructura social y política flexible pero capaz al mismo tiempo de tomar iniciativas colectivas, y de la combinación de la guerra con la diplomacia, los comanches conseguían los recursos necesarios, desde los alimentos y la fuera de trabajo a las armas de fuego que les darían una enorme capacidad militar durante 100 años (olvidaos de los cuentos sobre la vida armoniosa con la naturaleza).

El libro de Hämäläinen nos permite despejar sus caricaturas de bárbaros o de nobles salvajes con que los habíamos imaginado y recuperarlos como lo que eran: guerreros y comerciantes, cazadores y diplomáticos, capaces de respetar la paz y de imponer la guerra con grandes dosis de violencia, tanto contra los combatientes como contra mujeres y niños. Nada que envidiar a europeos y norteamericanos.

El libro: Pekka Hämäläinen, El imperio comanche, Península, Barcelona, 2011

Mi reseña (en catalán): Genís Barnosell, “Comanxes”, L’Avenç, 373, noviembre 2011, pp.58-60

Podéis ver los monumentos conmemorativos actuales en la zona de Adobe Walls aquí.

Quant a gbarnosell

Historiador; professor d'institut, col·laborador de l'Institut de Recerca Històrica de la Universitat de Girona i de L'Avenç
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