Escriu Quim Monzó a La Vanguardia (1/11/2010):
Facebook se está poniendo interesante. El viernes vetó el Queer Kissing Flashmob que cuatro amigos han organizado para mostrar su rechazo a la visita de Benedicto XVI a Barcelona. Su propuesta es que, al paso del papamóvil por la plaza de la Catedral, las más de mil personas que ya se han apuntado empiecen a besarse (hombres con hombres, mujeres con mujeres y, ya puestos, mujeres con hombres) y cada pareja, trío o cuarteto mantenga el beso hasta que el papamóvil desaparezca por la Via Laietana. Pues bien, Facebook ha eliminado los perfiles de esos cuatro amigos y el de la convocatoria. Según la red social, cierran las páginas porque no permiten aquellas que incitan al odio, son amenazadoras u obscenas. ¿Besarse incita al odio, besarse es una amenaza, una obscenidad? Motivo curioso, porque, en cambio –como señalaba Público el sábado–, no ponen trabas a perfiles homófobos, como el titulado Únete si odias a los gais. El diario recogía una de sus perlas: “Me llega a salir un hijo gay y lo golpeo hasta que se haga hombre”. Queda claro que, para Facebook, es intolerable pedir que la gente se bese y no lo es anunciar que vas a apalear a tu hijo.
Un cas que s’afegeix al que comentàvem sobre el que havia passat amb les pàgines de la candidatura de Joan Laporta a les eleccions catalanes. Monzó esmenta altres casos:
Hará un mes, Plataforma per la Llengua sufrió también su veto. Diversos grupos soberanistas han sido eliminados estas últimas semanas. Las razones que Facebook alega es que no aceptan perfiles que no sean de personas físicas. Eso sería incontestable si no fuese que, mientras tanto, las asociaciones que practican la xenofobia contra los catalanes gozan de mayor permisividad.
No estranya que hi hagi qui busqui alternatives.